Scroll Top
Final Av. Baralt Norte, San José del Avila, Caracas, Venezuela.

Las mujeres rurales fueron las protagonistas en el foro organizado por Acción Campesina

Dorkas Pablique, participante del foro de mujeres rurales, muestra su banco de semillas

En el foro Nuevos desafíos y brechas de género a los que se enfrenta la mujer rural de hoy, realizado este viernes 4 de noviembre en las instalaciones del Grupo Social CESAP y organizado por la Asociación Civil Acción Campesina, un grupo de mujeres participantes de los proyectos que ejecuta esta organización en el campo venezolano, tomaron la palabra para contar sus experiencias, las mismas que confirman los hallazgos de las investigaciones de las ponentes del evento.

Entre estos hallazgos, asegura Nhelsyr González, Directora General de la organización anfitriona, está que aún, en la actualidad “el trabajo de la mujer rural entrelaza los roles reproductivos y productivos, lo que le da un continum de trabajo que no permite diferenciar claramente sus aportes a la manutención económica de la familia”.

“Lo productivo se ve como una extensión de la actividad doméstica, su jornada gira alrededor del trabajo de la casa, para la cría de animales, la atención de los cultivos y el enorme tema de abastecer de agua el hogar. Estas reflexiones han pasado por muchísimos intercambios con nuestros equipos de campos que dan cuenta del acrecentamiento el peso de estas desigualdades”, señaló González.

Agregó que los temas de pobreza, precariedad a lo largo de la vida, están muy presentes en las conversaciones con las participantes de los proyectos. También lo están la necesidad del acceso a los servicios de salud y a la justicia, sobre todo cuando se trata de violencia contra la mujer pueden no tener claro dónde acudir y si lo saben, deben caminar largas distancias.

Nhelsyr González. directora de Acción Campesina

Por su parte, Omaira Lozano, Lic. en Ciencias Agronómicas, especialista en Desarrollo Rural, Consultora e investigadora, al referirse al rol productivo de la mujer rural señaló que existe escasa documentación sobre la contribución real de las mujeres a las diversas tareas involucradas en la producción.

“La fragmentación del trabajo productivo femenino rural que se alterna con el doméstico hace que su contribución económica sea invisibilizada y por lo tanto no tomada en cuenta; no se le asigna valor de mercado al trabajo realizado y se le consideran aportes eventuales. Las mujeres consultadas afirman que entre las razones de la baja productividad están falta de semillas, fertilizantes, sistemas de riego, maquinarias, acceso a créditos, además de la deficiencia de los servicios públicos para. la vida, como son agua potable, electricidad, gas para cocinar, internet, transporte, vías de comunicación, inseguridad, etc”.

“Los indicadores que actualmente se usan en las estadísticas tienen como unidad de análisis el hogar y no a los individuos, por ende las realidades y diferencia por género no son identificables, haciendo presuponer que los recursos en el hogar están equitativamente distribuidos, cosa que no es tal”

Diana Vegas, presidenta del Grupo Social Cesap

En el evento, donde Diana Vegas Castro, Presidenta del Grupo Social CESAP, fue la moderadora, participaron también la socióloga Isabel Pereira, Dra. en Sociología del Desarrollo (Sorbona-París), Directiva de CEDICE-Libertad, quien explicó cómo las trabas legales inciden en la precariedad de la mujer rural, pues a pesar de ser productoras, están despojadas del patrimonio y del reconocimiento de su trabajo; y Xiomara García, Dra. en Gestión de la Investigación y del Desarrollo. coordinadora de la Universidad de Innovación Social Armando Janssens (UNISAJ) del Grupo Social Cesap, quien mostró las diversas formas de organización comunitaria que hacen vida en las comunidades rurales y cómo inciden en la vida diaria de estas.

El Rol Lupérquico, un triste descubrimiento

La migración de los/las jóvenes rurales ha generado lo que hemos llamado rol lupérquico, que consiste en que las mujeres adultas mayores son las responsables del cuidado de sus nietos (rol abuelas/madres). Este rol se suma al ya conocido triple rol de las mujeres (reproductora-productora-comunitario), lo cual, además, conlleva una carga emocional adicional, ya que son ellas responsables de velar por la estabilidad psicológico-emocional de los nietos; proveerles alimentos, vestimenta, cuidados de salud, y dotarles de valores morales y éticos.

Son mujeres de edad avanzada, presidiendo hogares sin capacidad económica, en minusvalía y con grandes problemas emocionales.
El término lupérquico viene dado por la loba que amamantó a Rómulo y a Remo (según el mito romano, estos hermanos gemelos serían los fundadores de Roma), pero, ¿saben cómo terminó esto? Se los quitaron. De allí que es posible que haya un drama futuro para esas mujeres.

Organismos multinacionales nos honraron con su presencia

Jorge González Caro, representante nacional del Fondo de Poblaciones de las Naciones Unidas en Venezuela, calificó el evento como “maravilloso” porque mostró la realidad del sector femenino rural desde dos niveles muy importantes.

“Uno conceptual, teórico, de análisis, de estudio, de investigación, muy profundo, muy técnico; y también muestra en la práctica que mujeres campesinas, la relación de las manos con las semillas, con el nacimiento, con el desarrollo, vivencias maravillosas y estas cosas combinadas es lo que hace maravillosa a esta organización que se llama Acción Campesina. Para nosotros ha sido un privilegio estar hoy aquí. Nosotros desde el área de Responsabilidad y Violencia basada en género que lideramos en el Plan de Respuesta Humanitaria, damos y ponemos a su disposición todos los recursos que tenemos para apoyar estas iniciativas como las que hace Acción Campesina. Muchas gracias”

Lilia Ramírez Lasso, miembro del Clúster de Seguridad Alimentaria y Medios de Vida dijo: “Para nosotros es una oportunidad muy valiosa de conocer parte de los datos de investigación sobre la situación y contexto de la mujer rural en Venezuela. Además, pudimos contar con testimonios conmovedores y aleccionadores de mujeres venezolanas que están cambiando su situación, transformando su vida de la mano de Acción Campesina, en distintos estados del país”.

Tres mujeres rurales, tres historias de vida

Dos calificativos que unieron a Dorkas, a Yulma y a María Eugenia, fue el de luchadoras y guerreras. Estas tres mujeres, representantes de sus pares rurales que participan en los proyectos que ejecuta Acción Campesina en 34 municipios del país, relataron sus historias con lenguaje sencillo y conmovedor.

Dorkas Pablique es oriunda de Altagracia de Orituco, habitante del sector Brisas del Orituco, en el municipio José Tadeo Monagas, estado Guárico. Madre de dos hijos, jefa de hogar, participante de los componentes Huertos Familiares y del componente psicosocial. Además es veedora comunitaria de La Gente Propone en su comunidad.

“Vivo en una comunidad que tiene 25 años de fundada y todavía no tiene ningún tipo de servicios. Debemos buscar agua para los oficios de la casa y también para el huerto. En mi casa funciona el banco de semilla y ya tenemos bastante. De los 10 gr de semillas de lechuga que nos dio Acción Campesina, saqué 2 kilos de semillas. No solo tengo semillas de rubros que se comen, también tengo de plantas medicinales y de las que sirven de repelentes para los insectos. También de algunos árboles que están en peligro de extinsión. Con el componente psicosocial me siento muy agradecida porque me ha permitido ayudarme a mí misma y a otras personas del barrio en la parte emocional.

Yulma Orellana es habitante del sector Aves del Paraíso, tiene una hija de 20 años, es sobreviviente de cáncer de mama y de ovarios. Asegura que la relación con Acción Campesina ha sido de aprendizaje en cuanto a la siembra, ya que no tenía ninguna experiencia.

“Estoy súper agradecida con Acción Campesina, con la ingeniera Josefina Oropeza que nos ha ayudado y orientado en la siembra. Me vine para acá por razones de salud, el médico me recomendó que viviera en el campo y así fue que llegué hasta aquí. No sabía nada de siembra pero igual yo sembraba el maíz, yo le tengo pánico a los gusanos y es algo que no he superado y yo gritaba y aprendí cómo hacer repelente con ibuprofeno para los insectos. Unos de los retos más fuertes que tengo es el acceso a la salud, se me hace tan difícil, pero yo me lo tomo con calma, me entretengo en mis matas. Mi agradecimiento a Acción Campesina.”

María Eugenia Palacios vive en la Comunidad La Marturetera, sector Las Casitas. Municipio Acevedo. Es participante de los Componentes: Huertos Familiares y psicosocial.

“Acción Campesina es un proyecto demasiado hermoso. Un día tuve la oportunidad de conocer a Betania y a Julio (Técnicos de campo) que fueron para mi casa y me ofrecieron ese proyecto tan bonito. Y como yo tengo tierras, tengo un conuco, soy una mujer productora. Ellos me dijeron que si quería sembrar hortalizas, porque yo lo que sembraba era plátanos, topochos, cacao, pero remolachas no. Ellos me dieron las semillas y empezó el proceso, nos ofrecieron asesoría técnica. Yo no quise sembrar en cantero sino directamente en la tierra y me enseñaron a preparar esas siembras. En varios meses, y para mi sorpresa, en varios meses ya tenía remolachas, lechugas, zanahorias. Ya no tengo que comprar lechugas. Este ha sido un aprendizaje demasiado hermoso”.

Redacción: Evelin Antolínez / Acción Campesina

Dejar un comentario