Según datos presentados en una entrevista para Swiss Info Ch por Jorge González Caro, representante en el país del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés), “el embarazo adolescente, decimos que es el principal problema de salud sexual y reproductiva que hay en Venezuela”, asegura González al remarcar que, con una tasa de 96 casos por cada 1.000 mujeres de entre 15 y 19 años, el país duplica el promedio de Latinoamérica.
Según las estimaciones que se publican frecuentemente, y que hace años no se conocen oficialmente porque no hay data disponible, uno de cada cinco embarazos en Venezuela corresponde a una menor de edad. Detrás de estas cifras hay jóvenes que, en su mayoría, ven truncados sus sueños, porque tienen que dejar la educación formal para dedicarse a trabajar.
A esto hay que agregar que la inmensa mayoría de los embarazos adolescentes son no deseados, y en un gran número de casos, la contraparte responsable (el padre) se desentiende de la atención de la madre y el bebé recién nacido, perpetuando un ciclo en el que la pobreza, y en algunos casos, incluso la violencia sexual, son omnipresentes en Venezuela.
A través de nuestros proyectos de Gestión de Salud y Vida, en el Grupo Social Cesap hemos desarrollado un componente de Salud Sexual y Reproductiva (SSR) que compartimos entre las comunidades más vulnerables. Allí, en un ambiente de confianza, formamos a jóvenes de los sectores populares sobre la importancia de una adecuada higiene sexual, así como de identificar y prevenir la violencia basada en género, la violencia sexual, y, por supuesto, los embarazos no deseados y las enfermedades de transmisión sexual.
Este proyecto se está ejecutando en Caracas, a través de Cesap A.C., y en la mayoría de nuestras 19 asociadas, que cubren los 24 estados del país.
Relaciones entre adolescentes y personas mayores
Una de las principales preocupaciones ante el embarazo en adolescentes, es la normalización de las relaciones con personas adultas (en muchos casos mayores de 50 años) con las adolescentes por parte de los organismos competentes para hacer valer sus derechos. Aunque la ley de Protección de NNA, expresa que a partir de los 14 años los adolescentes pueden mantener relaciones consensuadas; especialistas en la materia ven este tipo de relaciones con personas mayores, como trata de personas, ya que son relaciones viciadas por ciclos de violencia y explotación, que en comunidades rurales son vistas como «una salida económica» para la familia en situación de crisis.
Redacción: Carlos Calderón / Pedro García Otero