La parroquia Libertad de Orituco, en el municipio José Tadeo Monagas, enfrenta una crisis hídrica que impacta profundamente a sus 1.447 habitantes.
Nohelia Ceballos, una residente preocupada, ha alzado la voz sobre esta alarmante realidad.
La falta de un suministro confiable de agua potable ha llevado a la comunidad a recurrir al río Orituco en busca de agua no tratada, exponiéndolos a riesgos graves de salud, especialmente para los niños, como enfermedades gastrointestinales.
Precariedad de la infraestructura de servicios
Detrás de esta emergencia hídrica se esconde una precaria infraestructura de servicios públicos, marcada por un dínamo eléctrico quemado y tanques de almacenamiento dañados. A pesar de los esfuerzos locales por solucionar el problema, la falta de recursos y apoyo ha obstaculizado una respuesta efectiva y rápida.
Las autoridades locales y la Hidrológica HIDROPÁEZ han recibido las demandas de la comunidad, quienes han prometido intervenir proporcionando un nuevo dínamo para mejorar la situación.
Sin embargo, la reparación o reemplazo de un tanque de agua australiano sigue pendiente, generando una urgente solicitud de ayuda para abordar esta parte crucial del problema. En este contexto, el proyecto “La Gente Propone”, impulsado por el Grupo Social Cesap a través de Acción Campesina, emerge como un aliado vital para visibilizar esta situación a través de medios de comunicación y redes sociales.
LOS RIESGOS DEL AGUA CONTAMINADA EN LIBERTAD DE ORITUCO
En medio de esta crisis, la historia de Mirian Ibarra resalta como un símbolo de la lucha constante de la comunidad por acceder a agua potable.
Con 47 años de residencia en la parroquia, Mirian enfrenta la difícil tarea de obtener agua del río Orituco para sus necesidades diarias, recorriendo 300 metros diariamente con tobos.
Además, se ve obligada a utilizar el río para bañarse, resaltando la urgencia de abordar estos asuntos públicos que afectan directamente la calidad de vida de la comunidad.
A pesar de las advertencias sobre la contaminación del agua, Mirian y otros residentes se ven obligados a consumirla, aumentando los temores sobre los impactos en su salud.
El médico comunitario Yohandro Celis confirma estos temores al reportar un aumento alarmante en casos de enfermedades estomacales y cutáneas, especialmente entre niños y ancianos, debido al consumo de agua del río Orituco.
La situación se complica con la falta de acceso a medicamentos necesarios para tratar estas enfermedades.
Incidencia Ciudadana: Desafíos y Esperanza
En un esfuerzo por abordar esta crisis, la comunidad ha recurrido a medidas extremas, como el uso de moto bombas para llevar agua desde el río Orituco a algunos hogares.
Además, el proyecto La Gente Propone ha proporcionado talleres de gestión comunitaria del agua e información vital sobre desinfección durante una reciente visita, ofreciendo herramientas para mitigar los riesgos para la salud asociados con el consumo de agua no tratada.
A pesar de estos esfuerzos, la crisis persiste, con los residentes enfrentando dificultades de transporte y obstáculos adicionales para obtener recursos y ayuda externa.
La comunidad espera con urgencia respuestas y soluciones a corto y largo plazo para garantizar que esta desesperada situación no se repita en el futuro. En un contexto donde acceder a agua potable es un desafío diario, la voz de Libertad de Orituco clama por atención y acción inmediata.
Redactora: Yaneth Chique / Reportera La Gente Propone Altagracia de Orituco