El pasado 14 de marzo marcó el cierre formal de las actividades programáticas del proyecto «Fortalecemos la Resiliencia Sucre», una iniciativa que durante su ejecución dejó una huella significativa en las comunidades de los municipios Sucre y Cruz Salmerón Acosta, en el que dejó una profunda huella de transformación en aproximadamente 8 mil personas.
La semana de cierre se convirtió en un espacio de encuentro y celebración para los pescadores locales, quienes compartieron sus experiencias y aprendizajes adquiridos a lo largo del proyecto.
Con gran entusiasmo, valoraron los beneficios recibidos, destacando especialmente los kits de pesca que impulsaron su actividad.
Los espacios de sensibilización y la investigación en pesca científica también fueron pilares fundamentales de este proyecto, permitiendo a los pescadores crear conciencia sobre la pesca verde, profundizar en su conocimiento ancestral de las especies marinas y reconocer la invaluable riqueza que les brinda el Caribe.
Capital semilla para emprendedores
En el ámbito del emprendimiento, el proyecto demostró su impacto a través de la entrega de capital semilla a emprendedores y emprendedoras de ambos municipios, fortaleciendo sus capacidades productivas.
Las microferias de emprendimiento se convirtieron en vitrinas donde los participantes exhibieron los conocimientos adquiridos en los módulos de formación y las sesiones prácticas en diversos oficios.
El proyecto fue ejecutado por el Grupo Social Cesap y su asociada Centro de Desarrollo Integral Sucre (Cedisuc), con el financiamiento del Fondo Humanitario de Venezuela de la Organización de las Naciones Unidas.
Cómo Fortalecemos la Resiliencia Sucre ayudó a cambiar vidas
La iniciativa no solo abordó necesidades básicas, sino que también fomentó la intersectorialidad y el empoderamiento comunitario.
Un testimonio inspirador de este impacto es el de Celianna, madre de Lucas Patiño, un niño que recibió atención crucial del área de nutrición por desnutrición aguda.
Motivada por la recuperación de su hijo y la conciencia sobre la importancia de una alimentación saludable, Celianna emprendió un negocio de helados caseros de frutas naturales.
Su emprendimiento se ha convertido en una plataforma para educar a niños y padres de la comunidad sobre la nutrición, compartiendo creativas alternativas para incorporar alimentos saludables en la dieta infantil.
Oficios no tradicionales pero necesarios
El enfoque innovador del proyecto se extendió al área de emprendimiento, incorporando oficios no tradicionales adaptados al contexto local.
La carpintería de ribera, la mecánica de borda y la barbería se sumaron a las opciones de capacitación, abriendo nuevas oportunidades económicas para los habitantes de la zona.
A pesar de llegar a su cierre formal, el legado de «Fortalecemos la Resiliencia Sucre» perdura. Los huertos comunitarios, impulsados por el proyecto, continúan produciendo frutos, y las comunidades celebran con orgullo sus logros y resultados, manteniendo vivos los aprendizajes adquiridos.
Con la satisfacción del deber cumplido y el impacto tangible en miles de vidas, “podemos decir que ‘Fortalecemos la Resiliencia Sucre’ ha llegado a tierra firme, dejando una base sólida para la construcción de un futuro más resiliente y próspero para las comunidades de Sucre y Cruz Salmerón Acosta”, señaló Diana Moreno, coordinadora del proyecto.
Sin lugar a dudas, «Fortalecemos la Resiliencia Sucre» ha logrado instalar capacidades sólidas en las comunidades atendidas en diversas áreas cruciales para su bienestar y desarrollo.
Nutrición, agua, saneamiento e higiene, seguridad alimentaria y medios de vida, así como protección, fueron los ejes centrales de este proyecto que deja un legado de fortalecimiento comunitario y resiliencia para el futuro.