No solo de pan vive el hombre, esa pareció ser la frase del día, durante el más reciente encuentro con los representantes de los comedores comunitarios de las parroquias, vicarías y centros religiosos y laicos comprometidos que hacen parte del programa Acompañando en la Esperanza que adelanta el Grupo Social CESAP.
Se pueden contar por millares las personas que acuden diariamente a estos comedores en busca de un plato de comida, pero también de una palabra de aliento, de un abrazo cálido o del consejo oportuno. Es por ello que se hacen imprescindibles estos encuentros que permiten compartir sus experiencias, anécdotas, sinsabores y alegrías. Aprender a canalizar sus emociones y capacitarse para realizar de la mejor manera posible, este digno quehacer de atención al más vulnerable, es otro de los objetivos de estas reuniones.
Comparte tu experiencia para que el dolor se vaya

La ocasión fue propicia para que Diana Vegas, Presidenta del Grupo Social CESAP, hiciera énfasis en la característica de Emergencia Humanitaria Compleja que tiene esta situación, partiendo de las realidades palpadas en cada uno de los centros asistidos, así como la necesidad de fomentar en los beneficiarios el sentido de la corresponsabilidad frente a este servicio humanitario en la comunidad.
“Este no es un trabajo sólo de las hermanas sino de cada una de las personas que comen allí. Sería muy útil la creación de un comité de madres promotoras de una vida saludable para que repliquen las enseñanzas que reciben durante las consejerías de los proyectos de nutrición y salud. Tomar conciencia es fundamental para fortalecer el derecho a vivir con dignidad”, añadió la presidenta del GSC.
Entre el amor y el dolor
Servir al prójimo que se encuentra en estado de vulnerabilidad es una labor que deja muchas sonrisas de satisfacción, así lo 
Pero no todo es azul cielo en estas organizaciones, muchos nubarrones surcan también su firmamento. “No es fácil dejar de lado esas cosas que van generando dolor, sobre todo porque se ve de cerca a madres que luchan por sacar a sus hijos adelante y más estando solas, ver a niños que están prácticamente solos porque sus padres debieron abandonar el país y los dejaron a cargo de una abuela que por su edad, difícilmente pueden atenderlos como debe ser, ver niños que han desertado del ámbito escolar porque no cuentan con los recursos que parten desde la carencia de una alimentación adecuada que les permita rendir académicamente, hasta la falta de uniformes, de zapatos o de transporte. A todo eso se enfrenta el equipo de colaboradores de estos centros”, añadió Rodríguez.

El Grupo Social CESAP apoya a más de 60 comedores comunitarios para dar soporte nutricional y de acompañamiento en casi todo el territorio nacional, a través del programa Acompañando en la Esperanza. Entre los Centros y Vicarías se encuentran el comedor “Nuestra Señora del Perpetuo Socorro”, ubicada en el 23 de Enero, al oeste de Caracas; “Nuestra Señora de Lourdes”, en Coche, el comedor Sagrado Corazón de Jesús en el Barrio El 70 de El Valle; el Centro “Inmaculado Corazón de María”, en El Encantado y la Vicaría “Nuestra Señora de Coromoto”, en el barrio San Blas de Petare, entre muchos otros. En cada uno de estos comedores, el amor, la solidaridad y la esperanza son algunos de los 
