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Final Av. Baralt Norte, San José del Avila, Caracas, Venezuela.

64 años de un corazón que vibra con Fe y Alegría (Demo)

Detrás de cada proyecto exitoso está un ser humano que con esfuerzo, trabajo y dedicación, pero sobre todo lleno de amor, lo hizo una realidad.

Tal es el caso de Fe y Alegría, un movimiento de Educación Popular Integral que nació en Venezuela el 5 de marzo de 1955, con una historia basada en la generosidad.

Todo empezó cuando un sacerdote visionario, el padre José María Vélaz, junto a un grupo de jóvenes de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) decidieron llevar un movimiento de educación a uno de los barrios más pobres de Caracas, con la idea fija de rescatarlo de la ignorancia.

Así que este sacerdote y sus estudiantes salían los domingos a los barrios de Catia a enseñar catecismo y repartir algunas bolsas de ropa y de comida. Pero sabían que esto no era suficiente, porque el padre Vélaz, era de los que consideraban a la educación como la mayor fuerza transformadora del mundo, y que la falta de educación era la causa principal de la marginalidad y de la miseria. Para probar su teoría, empezó a buscar un lugar donde iniciar su apostolado como educador popular.

Fue así que un día, un humilde obrero, llamado Abrahán Reyes, se enteró que el Padre Vélaz necesitaba un lugar para una escuela en su barrio, el 23 de enero, y les ofreció su casa. Pero esta casa no era una casa cualquiera. Durante ocho años, Abrahán y su esposa habían construido esa vivienda, moldeándola con sus manos y sus sueños. Carreteaban el agua para la mezcla en latas de manteca desde varios kilómetros. Y una vez terminada, la ofrecieron con sinceridad y sin aspavientos. Así nació Fe y Alegría: en una casa regalada con 100 niños sentados en bloques sobre el suelo. El gesto de Abrahán y su señora habría de despertar múltiples y espontáneas generosidades que, desde sus inicios, han marcado la trayectoria de Fe y Alegría.

Rápidamente, Fe y Alegría empezó a germinar en lo imposible: debajo de una mata, en ranchos alquilados, en escuelas que fueron creciendo sobre precipicios y quebradas, en basureros, en cumbres de cerros, en los lugares inhóspitos que nadie ambicionaba.

El propio nombre de Fe y Alegría tampoco fue obra del azar. El nombre de ese movimiento debía recoger su propia identidad, ser a un mismo tiempo espejo y meta: “Nuestro nombre de Fe y Alegría es un nombre totalmente meditado, como la meta a que conduce nuestro camino. Es nuestro emblema y nuestra bandera. Es nuestro ‘santo y seña’. Somos mensajeros de la Fe y al mismo tiempo Mensajeros de la Alegría. Debemos por lo tanto aspirar a ser Pedagogos en la Educación de la Fe y Pedagogos de la Alegría. Dos vuelos espirituales tan hermosos y radiantes que son capaces de enamorar una vocación. Dos Poderes y dos Dones de Dios que son capaces de transformar el mundo”, escribía J. M. Vélaz, en su Pedagogía de la Alegría.

Allí la esencia de su propuesta educativa.  El padre Vález decía: “Fe y Alegría comienza donde termina el asfalto, donde no gotea el agua potable, donde la ciudad pierde su nombre”, frases que reflejarán su inquebrantable decisión de insertarse con los más desposeídos.  “Nuestra bandera ha sido la Educación Integral de los más Pobres, es decir, de los más menospreciados e ignorantes, y como estos son muchos millones, nos hemos atrevido a la Educación de Millones. O lo que es lo mismo: a la liberación de millones”

Aunque el padre J.M. Vález ya no está entre nosotros, su pensamiento y su obra permanecen vivos y más actuales que nunca.  Hoy, Fe y Alegría se erige como una federación de organizaciones que ofrece oportunidades de estudio a los sectores más pobres de la sociedad.

Cuenta con 174 centros en todo el país, también tiene cinco institutos universitarios y 25 emisoras de radio conectadas en red, a través de las cuales se imparte educación a distancia. Cuentan con más de 200 Centros Comunitarios de Aprendizaje, 77 núcleos de capacitación laboral. Además, su semilla germina en 21 países.

En el Grupo Social Cesap estamos orgullosos de ser sus aliados y amigos en tan emblemática labor. Son 64 años formando el mejor recurso del país: su gente.

Fuente: http://old.feyalegria.org/libreria/portal.php?caso=2&id=20
Fotos de los inicios de Fe y Alegría. Autor: J. J. Castro. Cortesía Fe y Alegría

 

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